El Rugby no es solo un deporte. Es
una filosofía, una religión, una forma de vida, un sueño. Implica disciplina,
cooperación, amistad, lealtad, confianza y unos valores que no sirven solo para
salir al campo y soportar los golpes de los rivales, sino para salir a la calle
y soportar los golpes de la vida.
Hay gente que piensa que el rugby
es solo un deporte donde unos cuantos hooligans se dan de leches hasta que se
para el crono. Nada más lejos de la realidad. El rugby es un juego que implica
respeto por encima de todo, hacia el árbitro, el entrenador, los rivales, los
compañeros. Todo es respeto.
Hay un dicho que reza, el fútbol
es un deporte de Caballeros jugado por Hooligans, en cambio el rugby es un
deporte de Hooligans jugado por Caballeros.
Entrar en el mundo del rugby no es
simplemente entrar a ver que es esto, quedar los fines de semana a jugar con
los amigos o irte a cervecear porque si. Entrar en el mundo del rugby implica
compromiso y seriedad, la amistad y la confianza son las bases del éxito de cualquier
cosa que una persona se proponga en la vida y eso incluyes cultivarla fuera de
la cancha.
El tercer tiempo no solo sirve
para beber y divertirse, sirve para festejar una victoria o ahogar las penas de
la derrota como un colectivo unido y compacto, listo para cualquier adversidad.
Como en la vida, en el rugby
sufres muchos golpes, unos soportables, otros inhumanos, pero siempre hay que
mirar arriba con la cabeza bien alta y levantarse del suelo las veces que haga
falta.
Individualmente supone un reto
personal, cambiar tu forma de ver las cosas, necesitas ser Ambicioso desde
luego, pero también tienes que saber adaptarte a los demás, aportar tu ingenio,
tus ganas de luchar, tu fe en lo que haces, en el equipo y en ti mismo, ser
sincero contigo mismo y con todos, honestidad, integridad, paciencia y
confiabilidad. Esto es lo que hace a un buen jugador, un buen deportista y una
buena persona.
El Rugby necesita un equipo, una
piña y esa piña se forma desde la base, desde los pilares básicos de todo
grupo: Laboriosidad, Amistad, Lealtad, Cooperación y Entusiasmo. Pero aparte
tambien se necesita la destreza, el propósito, la iniciativa, el espíritu, la
confianza y la competitividad. Son muchos conceptos a tener en cuenta, pero son
el camino hacia un lugar en algún sitio.
Muchas son las tradiciones que
rodean al Rugby: Los equipos Maoríes y sus Hakas son un ejemplo de tradición y
superstición pero no dejan de ser uno de los momentos más bellos de este
deporte. También recordar lo que hicieron los Springboks sudafricanos para
acabar con el Aparheid que asolaba su país, o como el torneo más antiguo se
remonta a los años 80 del siglo XIX cuando Inglaterra y Escocia jugaron su
primera Copa Calcuta.
Ahora nos toca decidir que hacer
con esta oportunidad que se nos ha dado en estos tiempos dificiles. Una
oportunidad de formar un grupo, una asociación, una piña que rebose confianza,
amistad, lealtad y ganas de pasarlo bien. Con ganas de defender sus colores y
de morir por ellos (como reza la Haka de los All Blacks) unos colores que
pueden representar todo lo que su portador quiera infundirles.
Juguemos a Rugby caballeros.
Kia Kaha