jueves, 4 de julio de 2013

Fiesta Nacional, por Juan Turmo

Hoy es 4 de Julio, día muy importante para los Estados Unidos ya que conmemoran su independencia de Gran Bretaña en 1776. Mirando en la wikipedia los días nacionales de todos los países del mundo (lo se, me aburro mucho) me he dado cuenta que la inmensa mayoría coincide con la Independencia o la proclamación de la república de cada país así como algún acontecimiento que cambio el curso de la historia como el 14 de Julio francés.
¿Todos? No, un país de irreductibles subnormales resiste todavía y siempre a la voluntad del pueblo; nosotros no celebramos nuestra Independencia (2 de Mayo) o nuestra constitución (6 de Diciembre) y mucho menos nuestra república (14 de Abril), nosotros celebramos el día que se supone que un Italiano llegó a America pensando que era la India, pero no acaba allí la cosa porque también conmemoramos lo que los fascistas llamaron El día de la Raza en memoria de la colonización (y genocidio) de los colonos españoles en las Américas y más todavía y cito de la Wikipedia: La defensa de la Hispanidad volvió a publicarse en 1938, en plena Guerra Civil Española, y sus ideas se convirtieron en uno de los principales soportes ideológicos de los falangistas.
Espero que para el que dudara de la continuidad de los ideales de la dictadura en esta época democrática (con rey) y constitucional (que se pasan la constitución por donde quieren y cuando quieren) se de cuenta de que seguimos sumidos en una red de mentiras que no hace más que conducirnos a una inevitable catástrofe social.

Feliz 4 de Julio

sábado, 1 de junio de 2013

We Are Infinte, por Juan Turmo

Por fin luz al final del túnel. Avanza la oscura y fría primavera hacia un verano incierto y misterioso, pero ya se ve un halo de esperanza en el horizonte que antes no estaba. El sol entra por la ventana y por fin sonrío sin motivo alguno. Las canciones, los sueños las alocadas ideas florecen como los tallos que el cierzo ha ocultado este año entre sus amplios y molestos ropajes.
La oscuridad me ha vapuleado y apaleado todo lo que ha querido sin decirme jamás el motivo por el que las lágrimas brotaban de mis ojos noche tras noche mientras el maldito insomnio me guardaba del descanso que me seguía pero no me encontraba. Soledad, desencanto, malos recuerdos que regresaban de sus escondites.
Encontré la cuerda y empecé a escalar el pozo. Me robaron, me quitaron lo que me hacía luchar por seguir adelante, pero seguí subiendo con una certeza, por mucho que me costara subir jamás volvería a caer tan al fondo del abismo.
Un atisbo de un idilio amoroso en Londres y una canción que traía el viento. Lluvia, sobre los canales de Venecia. Sonrisas sin dueño. Tapas de retrete voladoras. Un triple. Un monólogo. Tres cabellos de mujer, un rojo, otro amarillo y el tercero negro. Y así, de uno en uno, fueron volviendo los recuerdos de antaño.
Un foco sobre un escenario. Un balón de rugby. Imágenes de cientos de lugares del mundo. Las salidas de una estación de tren y de un aeropuerto. Un duendecillo correteando por un patio de butacas. La promesa de un beso que todavía juega a ser encontrado. Y así, de uno en uno, fueron volviendo los sueños del mañana.
Ayer fue mi último día de clases en la Universidad de Zaragoza pase lo que pase en el futuro cercano. Mi vida llevaba años pidiendo a gritos un cambio pero cometí el error de esperar a que fuera él quien me encontrara. Ahora, rodeado de la gente a la que quiero, es hora de salir del capullo e iniciar una búsqueda para descubrir lo que el mundo tiene preparado para mí. Solo, pero nunca en soledad.
Nosotros somos los que debemos decidir qué hacer con el tiempo que se nos ha dado porque cada uno de nosotros es el único dueño de su propio destino, y eso es lo que nos hace Infinitos.


jueves, 18 de abril de 2013

Un instante, por Juan Turmo

Unos se duchan, otros cocinan, otros barren la casa y otros estan en el sofá mirando la caja tonta. Alguien escucha música tirado sobre la cama, unos chatean con sus parejas por internet, otros tocan la guitarra sentados sobre sus camas y mientras algunos son abducidos por algún video juego.
Los mayores pasean por el parque, los de mediana edad hacen la compra, los jovenes estudian y los padres primerizos se asustan cuando su bebe no quiere comer. Un perro se mea en una boca de incendios, un gato salta de un tejado a otro, ratones hacen gritar a las amas de casa y los canarios cantan al sol que entra por la ventana de la sala de estar.
Algunos ríen, otros lloran. Algunos viven, otros mueren y unos pocos cometen un asesinato. El preso se arrepiente, el libre juega. Muchos trabajan y muchos otros buscan trabajo. El actor actúa, el matemático suma, el médico cura y el futbolista le da patadas al balón.
Unos pasan hambre, otros comen de más. Unas parejas aman, otras parejas tienen sexo, algunas tienen un orgasmo, otras todas esas cosas y otras muchas se separan.
Algunos piensan, otros actúan. Mientras unos buscan la paz, otros hacen la guerra. Unos tiran bombas, otros lanzan dagas, otros escriben como si las plumas estuviesen cargadas de dinamita. Unos fotografían mientras otros cuentan historias. Unos luchan por la libertad, otros por el dinero, pero solo unos pocos luchan por vivir.
Unos conducen un coche y otros una bicicleta mientras alguien tiene un accidente con una moto. Unos ganan dinero, otros son despedidos. Unos son felices y otros están deprimidos. Unos duermen, otros están despiertos y algunos dan vueltas en la cama cansados de no poder dormir.
Llamadas a viejos conocidos, reencuentros inesperados, la boda de la mujer a la que amas, la muerte de un ser querido. Guerras de bolas de nieve, insolaciones en el patio del colegio, tarde de descanso en la pradera del parque, tarde de diversion en el zoo de la ciudad.
Un vuelo. Un viaje en barco. Un viaje en una lancha de la que no sabes si saldrás con vida.
Un sueño, una ilusión, un pensamiento o un deseo. Una mujer, un hombre, una mirada, una sonrisa, un beso. Héroes que regresan, mártires que se van y un titiritero jugando con las vidas de todas sus marionetas.

Enfoqué los ojos y me di cuenta de que estaba mirando a la nada y el profesor me miraba a mi. El momento de tensión se cerró con una disculpa silenciosa y el bolígrafo volviendo al papel preparado para tomar notas, pero ante todo esto, estaba todo aquello que había pasado en aquel preciso instante en el que todo el mundo funcionaba como una máquina moviendo cada engranaje de cada pequeño mecanismo de este circuito que llamamos vida.

martes, 16 de abril de 2013

Who Am I?, por Juan Turmo

Semanas y semanas de insomnio, lágrimas, desconcentración, desesperación y soledad. Pesadillas rondandome la cabeza, sentimientos de impotencia e intranquilidad, una búsqueda de mi mismo que no iba a ninguna parte, miedo a vivir y a no poder hacer todo lo que quiero.
Tras una reflexión he decidido que uno de los primeros pasos para lanzarme a lo desconocido e ir a por mis sueños es dar a conocer quien soy en realidad y no quien finjo ser hacia muchas personas con el fin de que me acepten. Pues eso se acabó.
Who Am I?
Tengo 20 años. Quiero ser actor aunque estoy estudiando inglés por lo que actualmente voy más perdido que una vaca en un cine. Mi filosofía es el Jedismo, puede sonar muy friki pero es lo que me ayuda a salir de casa por las mañanas.
Soy muy inseguro en muchos temas de muchos tipos. Soy un romántico empedernido pero voy corto de autoconfianza en estos temas y no me atrevo a acercarme a las chicas que me atraen y tiendo a acercarme demasiado a mis amigas, lo cual crea algún que otro conflicto o malentendido. Me gusta prácticar el rugby, deporte en el que soy bastante malo. Adoro cantar aunque todavía no se hacerlo bien. Quiero a mi gran familia, pero odio las reuniones familiares masivas.
Me gusta tomar la iniciativa de las cosas y proponer y mover proyectos, aunque rara vez funcionan o alguien me toma en serio, pero sobre todo odio cuando soy yo el que pone un proyecto en marcha, creo que está suficientemente bien como para delegar en otros y entonces el proyecto se va a pique.
Mis aficiones son de todo menos convencionales. Adoro todo aquello que la gente considera del género friki: El señor de los anillos, Harry Potter, Star Trek y sobre todas las cosas soy un absoluto friki de Star Wars hasta limites insospechados. Soy un cinéfilo compulsivo y odio que la gente se duerma viendo una película. Como actor adoro el teatro y sobre todo los Musicales. Me encanta cantar y bailar. Odio la música actual y no soy fan de ningún grupo en particular, yo escucho canciones. Por supuesto tambien adoro la música clásica con Mozart sobre cualquir músico que se precie. Soy un friki de las Bandas Sonoras de las películas. Adoro leer aunque no tengo tiempo, me encanta la historia y la literatura.
Me gusta mucho el deporte en general, aunque odio los circos mediáticos en los que se han convertido ciertos deportes en ciertos países. Adoro viajar aunque no tengo dinero para hacerlo. Escribir es una de las cosas que me da vida y cuando me bloqueo es como si me faltase la comida que necesito para sobrevivir.
Siempre he sido una persona solitaria, en parte porque la gente huía cuando descubría quien era yo en realidad, y otra porque una de mis mayores maldiciones es la empatía. Pongo a cualquiera por delante de mi, aunque no lo haya visto nunca siempre todos los demás estarán antes que yo en mi escala de prioridades y eso tiende a hacerme mucho daño.
Estoy acostumbrado y cansado a que las personas que me rodean me dejen de lado o me decepcionen de alguna manera, pero ha llegado a ser tan frecuente que dudo de mi mismo a la hora de pensar si es todo culpa mía.
Mi sueño más inalcanzable es acabar actuando en las tablas del West End, pero con vivir como actor en cualquier lugar del mundo me vale y me sobra. Mi sueño más inmediato es emigrar o por lo menos salir por un tiempo de este pozo de país que no hace más que poner trabas a la cultura y a la educación.

Seguramente me dejo algo dentro de mi cerebro, pero el pobre está peor que unos auriculares en un bolsillo. Aquí tenéis quien soy, aunque con la cantidad de gente que me lee me temo que esto no sea más que un ejercicio de autoevaluación, pero por lo menos ya no me esconderé tras un velo de fingimiento que al único al que hace daño es a mi mismo.

viernes, 29 de marzo de 2013

Arenas Movedizas, por Juan Turmo


Ha pasado más de un año desde mi última pájara. Recuerdo cuando me ponía a escribir y borraba todo lo que escribía porque ni siquiera a mi me gustaba. Aquella vez, la solución fue sobre escribir sobre no escribir y realmente siguió sin funcionar. Llevo tiempo dándole vueltas y vueltas a todo y no dejo de pensar que hay en algún sitio de mi ser un vacío muy gordo que no tengo ni idea de cómo llenar.
Mi búsqueda es dura. No da más que quebraderos de cabeza, noches de insomnio, lágrimas de impotencia y pesadillas. Tardes solitarias y melancólicas, pensando, encerrado en mi cerebro como si fuese una prisión. Luego, cuando intento salir de mí para evadirme de mis problemas, me encuentro con esta mierda de mundo, enfermo hasta los cimientos de la más miserable sociedad que puede imaginarse el mundo actual.
Alguien me dijo que lo que me pasa es que necesito quejarme de lo que sea y puede que tenga razón, pero no lo creo. Quejarse sería algo tan insignificantemente absurdo si uno estuviese completamente equilibrado y feliz que no me da más que pensar que hay algo que no está bien.
Otros me dijeron que lo que necesito es una relación de cualquier tipo, pero una relación. En mi opinión tampoco es esa la solución. No se todavía que me pasa pero no puedo dejar de rayarme por cada día gris que sale y teñirlo de colores para que siga siendo gris no será ni de lejos una solución,
Entender una situación tan complicada no es fácil. No me refiero a un odio absoluto hacia mi mismo, simplemente que estoy perdido en la inmensidad de mi propio subconsciente, sin saber ni de donde vengo, ni donde estoy, ni a donde voy, y se que esto es un cliché pero es totalmente cierto. Cuestionarse puede que sea bueno, pero a lo mejor me paso un poco de la raya de vez en cuando.
Si es tan difícil de entender para mí, no creo que nadie sea capaz de entenderlo desde fuera. El mundo es ciego. Cuando voy a alguien y le digo que estoy en horas bajas me dicen que deje de decir gilipolleces o que pase de todo o que ya se arreglará todo. ¿Es esa la solución? En primer lugar claro que actúo cuando estoy mal, a nadie le gusta que le vean mal y sonríes aunque detrás de esa sonrisa se escondan lágrimas de impotencia y desolación. En segundo lugar ¿Qué coño le pasa a la gente que pasa de todo o simplemente deja que el tiempo lo arregle todo? Pasar de todo solo hace que el dolor o lo que sea que tengas vaya a pero y se quede allí, bien enquistado dentro de ti. En cuanto al tiempo, el tiempo no hace si tu no haces por hacer, ¿qué coño va a arreglar el tiempo si te quedas sentado mirando la vida pasar por la ventana?
La pregunta de qué leches estoy haciendo con mi vida nos la hemos hecho todos y cada uno de nosotros en algún momento de nuestra corta o larga existencia. La respuesta nadie nos la puede dar, solo nosotros mismos. ¿Pero significa eso que nadie puede ayudarnos? ¿Significa eso que te sientes a contarle tus problemas a alguien y que lo único que haga sea empeorarlo? Los seres humanos estamos programados para relacionarnos, para amarnos, querernos y escucharnos. Entonces, ¿porqué es tan difícil ayudar a alguien?
Llevo toda la vida siendo el hombro en el que llorar de mucha gente, y no voy a decir que no me guste. Me gusta ayudar, me encanta compartir las cargas de otros que confían en mi para apoyarse sobre mi espalda cuando me necesitan, entonces me siento querido y necesario. El problema está cuando yo reviso mi agenda del móvil y ya no sé a quien acudir, no sé en quién puedo confiar para que me saque del pozo y ponga todo su empeño en ello.
Durante los útimos tres cuartos de hora he descubierto que el problema no es estar bloqueado y no poder escribir, el problema es estar bloqueado y no poder vivir. Mantenerse ocupado solo hace que aplazar los dolores y los llantos. A veces sentarse a escribir puede ser útil para desahogarte, publicar las cosas demuestra que quieres compartir algo con el mundo aunque realmente en este escrito lo único que hago es quejarme de mi miserable condición de deprimido, aunque como no espero que nadie me lea (como viene siendo habitual últimamente) deja de ser una autocompasión sino un mero ejercicio de autoevaluación.
Solo pido a alguien en mi vida que me escuche, me comprenda y me lance un salvavidas para recuperar el rumbo que perdí hace mucho más tiempo del que creí en un principio. También sé que no encontraré a tal persona lloriqueando en un blog personal de internet que nadie lee, pero con mis sueños perdí mis habilidades sociales y ni siquiera soy capaz de acercarme a la chica que me gusta y preguntarle si quiere tomar un café conmigo.
Sueno patético, ¿a que si? Me siento patético, bloqueado y viejo, y no porque sea viejo, acabo de cumplir la veintena y eso es algo por lo que debería estar feliz y contento; me siento viejo porque veo pasar mi vida por delante de mis ojos sin más remedio que poner una falsa sonrisa, dejar atrás mis sueños y mantener la cabeza a flote mientras me hundo en unas arenas movedizas.

jueves, 14 de marzo de 2013

Boulevard of Broken Dreams, por Juan Turmo


Otra noche con los ojos abiertos sin saber a que punto de oscuridad mirar. Otra noche que pasan los miles de pensamientos rondando mi cabeza como punzantes dagas que se clavan en las sienes. Otra noche en vela dejando caer las lágrimas pensando en todos los sueños que se alejan cada vez más de las esperanzas de su creador, sueños que una vez fueron tangibles y que cada vez más se disipan entre las brumas de un futuro incierto y oscuro.
El ser humano tiene muchas cualidades y emociones que nos separan de otras criaturas de este mundo. Por desgracia, el ser humano tiene muchas cualidades y emociones que nos separan de nuestros propios iguales. Cada uno tenemos una manera propia de ver la vida y cada uno vivimos conforme a nuestras creencias y convicciones, o eso debería ocurrir. 
Vivimos en un mundo donde la corrupcion del poder esta a la orden del día, hermanos de sangre y patria se matan entre ellos sin saber porqué, las clases medias y bajas son oprimidas por una creciente clase alta que controla todo lo controlable, personas perdidas vagando sin rumbo en un mundo de injusticia social que nos mata a todos lentamente mientras va extirpandonos cada sueño alegre que nos queda como si fuera un dementor.
Cada vez que me pongo a hacer balance del mundo que me rodea, entristezco y me deprimo como si una parte de mi perdiese las ganas de vivir porque realmente es muy difícil hacerlo. Estamos viendo como se asesina a la cultura, a la educación, a los derechos humanos y no podemos hacer nada mas que quejarnos y tropezarnos una y otra vez ante un muro de piedra y acero que cada vez parece más inexpugnable.
Recuerdo una frase que decía Gandalf en El Señor de los Anillos que rezaba: "Cada uno debe elegir que hacer con el tiempo que se le ha dado". No se puede. En esta dictadura de globalizacion y timocracia las libertades del individuo se ven reducidas a la minima expresión. 
Nadie tiene voz. Se acabaron las velas en los entierros porque nadie va a estar alli. Se acabaron las palabras escritas que la gente ya no lee para entender. Se acabaron las voces que claman por un fin que no llega. Se desvanecieron las musas que recorrían las risas de las personas que vivían sus sueños.
Los sueños se transforman en pesadillas que llenan la noche de espantos y horrores que el subconsciente quiere evitar. Noches en vela mirando a unas abutardas ocultas en las sombras de la habitación. La cama llora cada vez que te mueves y tu te sientes molesto, inquieto, inútil, porque por mucho que hagas todo fallará. Da igual si la culpa es tuya o de la burocracia. 
La vida se ha convertido en una marea de arenas movedizas que nos tiene hundidos hasta el cuello. Vivimos agobiados. Cuanto más luchamos por salir más nos arrastran hacia el fondo del vacío. No sé si existirá el alma, aunque si sé que todo este charco de mierda no hace mas que apuñalarla poco a poco dejándola desangrarse y regenerarse una y otra vez haciendo el dolor insoportable.
Y mientras tanto el tiempo se va perdiendo y la vida va pasando sin que te des cuenta. Odias cada segundo que pasa deseando que todo fuese diferente. Ries sin ganas, lloras sin remedio, duermes sin sueños, sueñas con monstruos y cuando te despiertas de lo poco que has dormido te das cuenta de que sigues metido en la misma asquerosa cienaga y no hay luz al final del tunel.