martes, 27 de septiembre de 2011

El misterio del sueño, por Juan Turmo


Calderón de la Barca dijo una vez que toda la vida es sueño lo cual en este caso no deja de ser irónico. Me gustaría analizar un fenómeno que desgraciadamente se da bastante a menudo en individuos que no saben cuando hacer descansar la mente, cuando cambiar el chip y dejar los pensamientos en blanco. Ese fenómeno del que hablo es el desvelo.
A quién no le ha pasado alguna vez estar muy, muy cansado, ir por la calle arrastrando los pies, pensar que no vas a llegar a casa nunca y que te vas a caer frito en cualquier esquina. Luego llegas a casa, cenas rápido, casi sin moverte, te preparas, te vas a la cama y de repente estás más despierto que cuando te has levantado esta mañana.
Esto es muy malo anímicamente porque te ves incapaz de hacer nada, empiezas a dar vueltas y más vueltas en la cama, la cabeza se te llena de pensamientos, ideas, locuras, proyectos, planes y poco a poco vas entrando en un círculo vicioso del que es muy difícil salir: A cuanto más intentas dormirte, más ideas sobre como lograrlo y menos posibilidades de alcanzar tu objetivo.
Cuando te echas a dormir sobre las 23h porque no puedes más y, a ojo, calculas que conseguiste dormir sobre las 3 de la madrigada date por fastidiado porque al día siguiente estás como si 6 luchadores de sumo te hubiesen dado la paliza de tu vida. Además de la carga física que esto supone, toda la frustración acumulada durante las tres horas durante las cuales no has hecho más que dar vueltas en la cama, tiene que salir por algún sitio.
A esto hay que añadirle que cuando te ocurre este fenómeno, el rato que logras dormir está lleno de los sueños más locos que te puedas imaginar. Te despiertas por la mañana, tiras el despertador de la mesilla y, con cara de extrañeza, piensas: “¿En serio he soñado con una fiesta de pijamas en plena Edad Media?”
Luego realmente te paras a pensar en todo lo que te dio tiempo a pensar durante esas larguísimas tres horas y media en las que estuviste tirado sin hacer nada rezando para que alguien te diera un somnífero. Te da tiempo de analizar tu vida, lo bueno, lo malo, lo que tienes que cambiar o lo que tienes que lograr que cambien los demás, las palabras con las que vas a describir una experiencia que por desgracia no hace más que repetirse y cada vez más…
El mundo de los sueños es un lugar al que solo nosotros podemos ir, solo nosotros tenemos la llave y el derecho de decidir con quien lo compartimos. El problema es que hay veces que, como pasa con todas las puertas, es posible perder las llaves y es muy difícil encontrar cerrajeros abiertos a las 3 de la mañana. Así que buenas noches a todos, esperemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario